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¿Cómo afectan las cicatrices en los niños y cómo mejorarlas?

Cicatrices en Niños

A los niños les encantan los retos, travesuras y aventuras. Esas experiencias les ayudan a saber de qué son capaces, explorar el mundo y curiosear. Son una forma de aprender “a prueba y error”, de dar lugar a su creatividad e imaginación y de desarrollar de manera progresiva su autonomía. Las travesuras también son historias que formarán parte de aquellas anécdotas que contarán una y otra vez a lo largo de sus vidas. Pero como los niños no miden el peligro y su mente y cuerpo están inmersos en el juego, muchas veces estas aventuras incluyen heridas y cicatrices.

Existe una buena probabilidad de que la mayoría de las cicatrices infantiles se desvanezcan, pero, dependiendo de la ubicación, pueden encogerse o agrandarse a medida que el niño crece. Además, se sabe que ciertos tipos de cicatrices pueden ser más problemáticas en niños y niñas (por ejemplo, las quemaduras). Para minimizar el impacto de las cicatrices, es importante asegurarnos de seguir una serie de pasos que nos aseguren que le estamos dando a la herida del niño la mejor oportunidad de sanar.

¿Cómo ayudar a mejorar la cicatriz de los niños?

Higiene

Dependiendo de dónde esté la herida en el cuerpo de su hijo, puede dejar el vendaje original en su lugar alrededor de cinco a siete días. Busque el consejo de un profesional de la salud sobre cuando retirarlo. Antes de quitar el vendaje, lávese las manos con agua y jabón y luego retire el apósito con cuidado. Trate de no tocar la herida con los dedos. Es posible que le den un vendaje de reemplazo para usar en casa. Aplique el vendaje cuidadosamente y no toque el interior de este.

Mantenerlo cubierto

En los últimos 20 años los estudios han demostrado que un entorno húmedo de la herida es esencial para la curación de esta. 1Cubrir una herida con un producto de cicatrización proporciona un clima óptimo que permitirá las condiciones más favorables para el cierre de la herida (epitelización), la formación de nuevos tejidos y la inmunización. También permitirá que el proceso de curación permanezca inalterado, se asegure una curación más rápida y se evite la formación de costras. Esto optimiza la migración celular y reduce la probabilidad de cicatrices.

Proteger del sol

Se ha demostrado que la exposición a los rayos UV influye en el proceso de cicatrización de las heridas causando inflamación inmediata inducida por UV, seguida de una mayor pigmentación de la piel, lo que puede dar como resultado la pigmentación a largo plazo de una cicatriz fresca o reciente. Por lo tanto, es muy importante que las cicatrices estén protegidas del sol2. El NHS recomienda que el protector solar se use durante al menos dos años.

En conclusión, las cicatrices en los niños pueden ser inevitables debido a su naturaleza activa y exploratoria. Aunque muchas cicatrices infantiles tienden a desvanecerse con el tiempo, es crucial tomar medidas para minimizar su impacto, especialmente en áreas visibles o propensas a complicaciones como las quemaduras. La clave para mejorar la apariencia de las cicatrices incluye mantener una buena higiene durante el proceso de curación, mantener la herida cubierta para crear un ambiente óptimo de cicatrización y protegerlas del sol para prevenir la pigmentación a largo plazo. Estos cuidados no solo promueven una curación más rápida y efectiva, sino que también ayudan a reducir la probabilidad de que las cicatrices se agranden o se vuelvan más visibles a medida que el niño crece.

1 NICE (March 2016) Chronic wounds: advanced wound dressings and antimicrobial dressings. Evidence summary ESMPB2.

2 North Bristol NHS Trust – www.nbt.nhs.uk/sites/default/files/attachments/Scar%20management_NBT002418.pdf (Accessed October 2017)

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